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El balance comercial (exportaciones – importaciones) de México registra un saldo negativo de 3804 millones de dólares (MD) en mayo, de los cuales 3357 MD corresponden al déficit de la balanza petrolera.


Las exportaciones petroleras llegan a 3727 MD mientras las importaciones (gasolina, diesel, etc) alcanzan un máximo histórico de 7085 MD.


En lo que va del 2022 el galón de gasolina aumenta de 3.3 a 5 dólares. Un incremento de 52%, contra un aumento del petróleo cercano al 37%.


El nivel del déficit comercial se encuentra cerca de los máximos registrados en dólares corrientes. El más alto fue en abril del 2020 por un monto de 4539 MD en medio de la crisis económica causada por la pandemia.


En términos relativos al tamaño de la economía no consideramos que el desbalance comercial represente un riesgo inmediato. Sin embargo, la ampliación del déficit externo puede estar desalineado respecto al ciclo restrictivo de política monetaria de la Reserva Federal.


Por otra parte, el esfuerzo fiscal de subsidiar la gasolina puede llegar a niveles que afecten la fortaleza de las finanzas públicas, que han tenido un comportamiento relativamente conservador en el sexenio actual.


De continuar el alza de los precios de la gasolina, en un escenario de crisis energética global, la balanza comercial, las finanzas públicas y/o la inflación se verían afectadas.




Después de publicarse la semana pasada el dato de inflación de EEUU que llegó a 8.5% anual, los mercados financieros cayeron en otro episodio de volatilidad.


Las tasas de 10 años pasan de 3.05 a 3.36% en solo dos sesiones, mientras que las de dos años de 2.81 a 3.36%.


La curva 10 – 2 años se encuentra flat, y su importancia radica en que una inversión de la curva anticipa usualmente una recesión dentro de los próximos 12-18 meses.


El S&P 500, principal índice accionario de EEUU, retrocede 22% respecto a máximos registrados en diciembre, por lo que entra en bear market (caída superior a 20%).


El dólar se fortalece de manera significativa en el mercado de divisas. La paridad del peso contra el dólar aumenta cerca de una unidad en las últimas sesiones.


Los mercados de futuros descuentan un alza de 75 puntos base de la tasa de fed funds en la reunión del miércoles de la FED, para llevarla al rango de 1.5 -1.75%. La tasa terminal esperada del actual ciclo alcista aumenta a 4.25%, para la primavera de 2023.


La FED enfrenta un panorama sin precedentes. Debe ponderar fuertes presiones inflacionarias y a la vez cuidar que la economía no entre en recesión. Tiene doble objetivo: inflación de 2% promedio en el largo plazo y pleno empleo.


La relevancia de la reunión del miércoles radica en la guía sobre la magnitud de futuras alzas de tasas en el corto plazo, así como en la actualización trimestral de pronósticos de crecimiento, inflación y tasas en los siguientes años.


El dato reportado de 1% de inflación mensual en mayo es preocupante. Alimentos crece 1.2%, con lo que liga cinco meses promediando 1% mensual. Rentas avanza 0.6%, el mayor incremento desde 1990. Gasolina repunta 4.1% mensual.


La mediana de expectativas inflacionarias a un año de un sondeo de la Reserva Federal de NY es de 6.6%. A tres años es de 3.9%. Claramente por encima del objetivo de 2% de la FED.


Para nuestro país el programa de subsidios a combustibles solo ha evitado una inflación mayor. Alimentos (11.2% anual), mercancías (7.6%), servicios distintos a educación y vivienda (6.7%) se mantienen muy presionados.


Banxico sesionará el 23 de junio. Deberá responder a un contexto de presiones inflacionarias externas e internas, y además ponderar como reaccionar ante el ciclo alcista de tasas de la FED que apenas inicia.

De acuerdo a datos del IMSS, el empleo formal cayó 2,855 puestos en mayo, en parte por la caída estacional de 43 mil puestos del sector agrícola, como sucede en la temporada mayo-junio.


No obstante, las manufacturas vieron un retroceso de 1,473 plazas, acumulando un estancamiento en los últimos tres meses (-1,074).


Construcción registra una caída marginal de 3,285 puestos en este periodo.


No es común un estancamiento del empleo de estas industrias en esta época del año, por lo que es válido hablar de un enfriamiento de la dinámica laboral en estas actividades.


Por su parte, las áreas con mejor creación de empleo en el periodo marzo-mayo son servicios empresariales (+37,769 puestos), comercio (+23,027) y transporte (+20,671), los primeros dos un tanto ajenos a las disrupciones de las cadenas de suministro.


Por otro lado, los salarios promedio avanzan al 10.9% anual, los mayores incrementos nominales en dos décadas. El dato de consumo privado del INEGI confirma un máximo histórico, presumiblemente favorecido por las alzas salariales.


El horizonte presenta riesgos. Preocupa que el debilitamiento del empleo se da en dos actividades cíclicas: construcción y manufacturas, aunque transporte luce bien. Por otra parte, mayores costos laborales, más la presión de commodities prolongarían las presiones inflacionarias, con efectos sobre el consumo, que serían más evidentes si el empleo se debilita más.

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