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De acuerdo al indicador oportuno de actividad económica (IOAE), la economía avanzó 0.26% mensual en junio, liderado por el sector terciario (comercio y servicios) que crece 0.35%. La lectura del IOAE supone que el sector industrial se haya contraído 0.69%.


Sin embargo, de forma implícita el segundo trimestre habría crecido 1.94% trimestral y en términos anualizados 8%, liderado por el sector servicios, que tuvo un avance trimestral de 2.56% o 10.6% anualizado.


Se debe recordar que el dato del PIB no necesariamente coincide con el IOAE, pero da una buena señal de los incrementos y caídas.


La debilidad se ubica en el sector secundario que se estanca en el segundo trimestre. De hecho, el indicador se encuentra rezagado desde diciembre del año pasado, afectado por las disrupciones en las cadenas de suministro.


Para el segundo semestre es previsible que el factor de la tercera ola impacte la dinámica de la economía. El sector servicios es vulnerable a las restricciones obligatorias y voluntarias a la movilidad, que impactan el aforo a los establecimientos.


Persiste la incertidumbre sobre el sector industrial y las restricciones que enfrenta en las cadenas de suministro, tanto en insumos críticos para algunas industrias como en los retrasos de transporte marítimo entre Asia y América.


No obstante, somos optimistas en la perspectiva del sector exportador, dada la fuerte demanda en EEUU y la escasez de personal al norte del Bravo.


De cualquier manera, considerando los niveles de actividad económica que se alcanzan en el segundo trimestre de este año, resulta difícil que veamos crecimientos tan espectaculares del PIB en el segundo semestre.

De acuerdo a datos del gobierno, los nuevos contagios ascienden a 12,821 casos diarios, lo que confirma la tercera ola de la pandemia que atraviesa nuestro país.


Los niveles superan inclusive lo alcanzado en la primera ola.


No obstante las muertes diarias han disminuido, pasando de en promedio de 600 diarias en la primera ola a 233 de acuerdo al último dato reciente.


La estrategia de vacunación que se ha centrado en los adultos mayores permite una reducción de la mortalidad.


Los nuevos casos ahora se centran en la población joven, principalmente entre 20-39 años, aunque los casos en niños también han aumentado. La menor letalidad en estos segmentos de la población permite que las muertes no repunten tanto en las últimas semanas, en relación con los casos diarios.


Los contagios se encuentran disparados en Baja California Sur, Campeche, Guerrero, Nayarit, Quintana Roo, Sinaloa, Veracruz y Yucatán y repuntan considerablemente en CDMX, Colima, Edomex, Jalisco, Nuevo León, Oaxaca, Tabasco y Tamaulipas.


Los primeros estados se caracterizan por ser destinos turísticos.


Hasta el momento no ha habido restricciones severas a los negocios. Los indicadores de movilidad de personas muestran cierto estancamiento, pero no presentan reducciones importantes como en la primera y segunda ola, lo cual sugiere que la población está tomando menores precauciones, ya sea por la percepción de menor letalidad o por la confianza en la efectividad de las vacunas.


Cabe mencionar que repuntes importantes de contagios se han dado también en países como el Reino Unido, en el que la vacunación alcanza ya a la mayoría de la población. Al igual que en México las muertes no han repuntado al ritmo de los nuevos contagios.


No podemos descartar que haya también un factor de rezago entre los nuevos casos de contagio y las hospitalizaciones y muertes.


Las próximas semanas serán clave para validar la efectividad de las vacunas, sin olvidar que solo el 16% de la población ha recibido dos dosis.

De acuerdo al BLS, la inflación en EU alcanza 5.23% anual en junio, el segundo valor más alto desde 1991. La inflación subyacente alcanza 4.45%, la tasa más alta más alta en veinte años.


Los avances mensuales son del 0.9% para ambos rubros, signos de una presión considerable en los últimos meses.


Los precios de los carros usados suben 10.5% mensual en junio, y acumulan un incremento de 45.2% en el último año. Las gasolinas suben 45.1% anual (en parte por la baja base de comparación). Las tarifas aéreas suben 24.6% anual.


Las rentas suben 0.49% mensual, la mayor alza desde 2005.


La interpretación de la Reserva Federal es que la fuerte alza de los precios es un fenómeno transitorio. De acuerdo a Bloomberg, si al índice de precios (CPI) se le restara alimentos, combustibles, rentas y autos nuevos y usados, la inflación sería cercana al 4%, el doble del objetivo de largo plazo de la FED.


En México la inflación se sitúa en 5.88%, mientras la parte subyacente (excluye rubros volátiles como alimentos y gasolina) alcanza 4.58%, el nivel más alto desde diciembre de 2017.


Las presiones en el rubro subyacente son generalizadas, principalmente en mercancías y alimentos y bebidas.


Si bien la gasolina presenta una contención en las últimas semanas, se debe a los subsidios de SHCP.


La narrativa sostiene que la inflación cederá cuando se eliminen las disrupciones de oferta. Sin embargo, es difícil ignorar que los estímulos monetarios y fiscales, al menos en EU, están jugando un papel importante en la demanda de bienes. ¿Será EEUU ahora un exportador de inflación?


El otro gran factor de riesgo inflacionario es el costo salarial. La demanda de personal en la nueva economía post-pandemia está enfrentando un desencuentro entre los requerimientos de las empresas y las aptitudes o disponibilidades de los desempleados.


¿Bajará la inflación o nos encontramos en una nueva dinámica de los precios de bienes y servicios?

¿Usted qué opina?

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