Las fuertes fluctuaciones de los mercados accionarios globales en los últimos días han generado inquietud sobre un probable escenario recesivo en EEUU.
Si bien los ajustes en las acciones obedecen a diversas causas, entre ellas valuaciones extremas insostenibles en empresas tecnológicas, el fantasma de la recesión vuelve a ser un blanco preferido para muchos analistas.
El aumento del desempleo de 4.1 a 4.3% en julio, hace pensar que la economía se está enfriando más rápido de lo esperado.
Sin embargo, la encuesta de servicios que realiza el Institute for Supply Managment (ISM) después de reportar un nivel de contracción en junio, rebotan a zona de expansión en julio. En particular, las nuevas órdenes y el empleo brincan 5 puntos. Lo negativo es el rubro de precios que hila 86 meses en aumento.
Estos resultados influenciaron que se elevara la proyección de crecimiento del modelo GDPNow de la Fed de Atlanta para el tercer trimestre a 2.9%, que de materializarse sería una tasa que sorprendería de nuevo a los mercados por la fortaleza que implicaría.
Sin embargo, nuestro vínculo con la economía estadounidense es principalmente a través del sector manufacturero. Y ahí las cosas no pintan bien.
La encuesta del ISM cayó aun más a zona de contracción, tanto en el índice general como en el de producción y nuevas órdenes, además de una disminución de 5.9 puntos en empleo. Para completar el cuadro, los precios se mantuvieron en crecimiento par hilar siete meses consecutivos con presiones alcistas.
En México, la actividad manufacturera también da señales de debilidad. Las encuestas del INEGI y del IMEF de julio registran un debilitamiento notable. El indicador IMEF hila cuatro meses en contracción mientras su rubro de empleo acumula seis meses en caída.
A su vez, la encuesta del sector servicios del IMEF se mantiene en expansión por 30 meses consecutivos.
Un debilitamiento de las exportaciones manufactureros coincidiría con el cambio de sexenio que típicamente se caracteriza por un freno del gasto público.
Adicionalmente está por definirse el rumbo de las reformas constitucionales, que tiene en alerta a las calificadoras y en stand by algunos proyectos de inversión privada.
Es importante cribar la información para centrarse en lo realmente importante para cada empresa. Ubicarse en el sector en que se encuentra, analizar tendencias y cambios en la dinámica.
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