El Tesoro da a conocer las cifras de finanzas públicas para el año fiscal 2018 (oct 2017-septiembre 2018). El déficit del gobierno federal aumenta a 778,994 millones de dólares, un incremento de 17% respecto al ejercicio fiscal anterior y el mayor desde 2012.
La reforma fiscal impulsada por la administración Trump, que entre otros estímulos incluyó un recorte de la tasa de ISR corporativo a 21%, está afectando la capacidad del gobierno para recabar ingresos tributarios.
En el año fiscal que recién termina, la recaudación aumenta apenas 0.4%. A causa de la reforma, los impuestos corporativos caen 92 mil mdd.
Por el lado del gasto, las erogaciones crecen 3.2% en el año. El costo financiero suma 521 mil mdd, para un aumento de 14.1%, en un contexto de mayores tasas de interés.
Para los próximos años se espera que el déficit fiscal de Estados Unidos siga aumentando, de la mano de un menor crecimiento económico que limitará la recaudación de ingresos, pero también por un gasto público que tendrá una mayor carga de intereses y presión en la cobertura de seguridad social.
Una estructura demográfica en la que las personas de la tercera edad aumentarán significativamente su participación en el total, a la par de la desigualdad que ha crecido en las últimas décadas demandará mayores recursos fiscales.
No hay lonche gratis. La reforma fiscal ha impulsado la economía al reducir los impuestos de empresas y personas, junto con un ensanchamiento del déficit fiscal y comercial. Esto último implica que Estados Unidos sigue dependiente del financiamiento externo.
Será clave para la estabilidad financiera global como se fondeará EU en un entorno de menor dinamismo del comercio global y mayores tensiones con su principal acreedor (China).