El BLS da a conocer que la inflación en EEUU en octubre es de 6.24%, el nivel más alto desde octubre de 1990 (6.38%). Además según nuestras estimaciones en diciembre se podría romper ese umbral, por lo que tendríamos una tasa de inflación equiparable a 1982.
El rubro de alimentos avanza 0.9% mensual y 5.3% anual, cuyos precios se encuentran afectados por las disrupciones en las cadenas de suministros y un exceso de demanda tras las transferencias del gobierno. El promedio de los últimos tres meses está en 0.74% mensual, superior al 0.20% del periodo 1990-2019 con frecuencia mensual.
El shelter (rentas) crece 0.46% mensual y 0.34% promedio en los últimos tres meses. Para el periodo 1990-2019 el crecimiento promedio es de 0.24%.
Este componente tiene un peso de 32.5% en la canasta del CPI, por lo que los incrementos le dan un piso a la inflación.
Con estos datos la postura de la FED y el argumento de la transitoriedad de la inflación están bajo juicio. La FED pronostica que la inflación PCE (otra métrica) finalizará en 2022 en 2.2%.
Dada la persistencia de la inflación luce arriesgado validar este pronóstico. Hasta el momento la Reserva Federal ha tratado de evitar alza de tasas de interés para combatir los precios.
¿Sufrirá un baño de la realidad la FED en 2022, quien ha privilegiado la recuperación del mercado laboral a costa de una inflación tres veces por encima de la meta?