De acuerdo con datos de la SHCP, los ingresos públicos suman 2.32 billones de pesos en el periodo enero-julio, menor a los 2.43 billones registrados en 2017. Sí excluyéramos el remanente de Banxico, los ingresos serían 9.9% mayor a los registrados el año previo.
Llama la atención la recaudación del IEPS (Impuesto en gasolina). En este periodo la recaudación es de 98.4 mil mdp, muy inferior a los 131 y 171 mil mdp registrados en 2017 y 2016. Menor consumo de gasolina y un manejo del IEPS y subsidios por parte del gobierno, han llevado a menor recaudación de este rubro.
Con datos del DOF, el monto actual de subsidio a la gasolina es de 1.83 pesos por litro para la magna y 0.48 para la premium. Como referencia, el subsidio a inicios del año era de 2.33 pesos por litro para la magna y 1.22 para la premium. En otras palabras, casi se agota el margen de subsidio para la gasolina roja, pero todavía la gasolina verde no refleja su valor de mercado ajustado (al alza) por el IEPS.
El IVA alcanza 558 mil mdp, un avance del 14% respecto a un año antes.
La captación de ISR supera el billón de pesos y crece 5.5% (por debajo del crecimiento del PIB nominal) respecto a 2017 contra un 9.8% de crecimiento del año pasado en el mismo periodo. El dinamismo de la recaudación ha ido a la baja, lo cual refleja un agotamiento del potencial de recaudación que generó la reforma fiscal.
Los aprovechamientos fiscales (multas, concesiones, permisos, aportaciones de contratistas, cuotas compensatorias) se reducen en 267 mil mdp en este año, lo cual afecta los ingresos no petroleros.
Aunque para lograr finanzas públicas saludables se le dé una especial importancia al gasto, es necesaria una recaudación eficiente.
Si el gobierno fallara en recaudar y no se compensa por menor gasto, volverían los problemas de déficit fiscal...y la promesa es no elevar los impuestos.