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La Secretaría de Hacienda da a conocer los datos de finanzas públicas para el primer semestre. Los requerimientos financieros del sector público (medida más amplia del déficit) suman un déficit de 230 mil mdp, superando los 165 mil mdp (sin contar remanente Banco de México) registrados en 2017 en el mismo periodo.


El estimado de Hacienda es que para este año el déficit se ubique en 2.5% del PIB, que es un nivel inferior a los déficits de 4 - 4.5% del 2014 a 2016.


Si bien los ingresos públicos superaron en 200 mil mdp los presupuestados, se ve presión por el lado del gasto.


El costo financiero se incrementa 52 mil mdp para sumar 331 mil mdp en el primer semestre, 18.6% más respecto a 2017.



Las participaciones a estados llegan a 436 mil mdp, 6.2% de aumento respecto a las entregadas en 2017.


El incremento de intereses, participaciones y pensiones (que es un tema que se tiene que debatir en el próximo sexenio) limita el margen de maniobra del gasto público de los próximos años.


Esto es particularmente crítico para un gobierno que piensa aumentar el gasto social y en el sector energético de manera relevante.


El incremento en las partidas del gasto no programable, particularmente el costo financiero y pensiones, pueden llevarse una tajada importante de los famosos ahorros del plan de austeridad.


Los números están apretados y las calificadoras e inversionistas están y estarán atentos al delicado tema de las finanzas públicas, que tanto le ha dado problemas a México en décadas pasadas y en el pasado reciente.

De acuerdo con datos del IMSS, el salario promedio de los asegurados en el IMSS a junio es de $335. Esto representa un incremento interanual de 5.76%.


Sin embargo, existen sectores que por su relevancia, muestran avances más pronunciados en los salarios. Por ejemplo, el salario en manufacturas sube 7.43% para un promedio de $374 diarios.


Por su parte, el incremento salarial en servicios a empresas se incrementa en 6.01%, mientras que en transportes 4.92% (en enero era 2.98%).


Los aumentos en comercio suben 4.94%, manteniendo esos ritmos de crecimientos en los últimos meses.


Las presiones salariales, a pesar de la disminución gradual de la tasa de inflación, tienen su origen en la poca holgura del mercado laboral.


La tasa de desempleo es de 3.38%, de las más bajas en la década. Esto quiere decir que hay muy pocas personas disponibles en la economía, por lo que las empresas deben pagar más para atraer a nuevos trabajadores.




Por información anecdótica, en algunas plazas como Mérida, la escasez de personal se ha acentuado a la par de importantes incrementos salariales en los últimos 18 meses.


El nuevo gobierno tiene entre sus objetivos elevar el salario mínimo, que ciertamente ha caído a niveles excesivamente bajos.


En la frontera Norte planea duplicarlo en el 2019 junto con reducciones de impuestos.


El grueso de los trabajadores que ganan salario mínimo (cerca de 7 millones de personas) labora en la informalidad. Eso no significa que el salario mínimo oficial no sea un referente en este segmento de la economía, pero tampoco es algo mágico que por decreto se pueda lograr, sobre todo considerando que los empleadores son micro negocios, muchos de ellos familiares.


Otra implicación crítica de la política salarial será el impacto en los costos y por consiguiente en la inflación. El equilibrio entre productividad y distribución de beneficios será clave para evitar que se afecte el empleo.


Lo curioso es que se busca elevar el salario mínimo de manera acelerada, cuando la economía está en pleno empleo y el mercado laboral se está encargando de aumentar las remuneraciones.


¿Quién se va a colgar la medallita?

La inflación de la primera quincena de julio fue de 0.32%, superior al consenso del mercado, con lo cual la tasa anual queda en 4.85%.


Los productos con mayor incidencia en la inflación son la gasolina (0.90% var. quincenal), tomate verde (42.13%), servicios turísticos (3.42%), jitomate (5.70%) y papa (4.35%)


Muy posiblemente los datos de la próxima quincena reflejen aumentos de los precios del aguacate y de productos provenientes de EU como manzanas, uvas, papas, arándanos, jamones, piernas y paletas de cerdo.




Las ciudades con la mayor tasa anual de inflación del país son Tulancingo (5.89%), Querétaro (5.58%), Tijuana (5.40%) y Tapachula (5.38%). Las que menor tasa presentan son La Paz (3.32%), Monterrey (3.60%) y Villahermosa (3.65%). La ciudad de México reporta una tasa de 4.99%, ligeramente por encima del promedio nacional.


Los próximos datos de inflación serán claves para cuantificar el impacto de los aranceles, que hasta el momento han tenido un mayor impacto en los costos de producción de las empresas, lo que se revela en una inflación al productor de 8.9% anual.


Hay que estar preparados para nuevas sorpresas.

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