13 Junio 2018
Termina el summit entre Trump y Kim Jung-un con un acuerdo de desnuclearización de la península coreana.
Trump declara que desarrolló una tremenda (terrific) relación con el dictador y deja abierta la posibilidad de invitarlo a la Casa Blanca.
En el comunicado conjunto se señala el compromiso de cooperar para el desarrollo de nuevas
relaciones y la promoción de la paz, prosperidad, y seguridad de la península coreana y el mundo.
Trump ofrece suspender las maniobras militares conjuntas con Corea del Sur.
Las críticas se centran en que no hay un plan detallado para proceder a la desnuclearización, y que
Corea del Norte ha incumplido acuerdos similares previos.
Por lo pronto Trump forma vínculos con los líderes de China y Corea del Norte, pide al G-7 que readmitan a Rusia -a pesar de la anexión de Crimea- y al mismo tiempo inicia lo que podría convertirse en una guerra comercial con aliados tradicionales: Canadá, Europa, México, Japón.
El embajador de EU en Alemania recién declaró su apoyo a los partidos políticos de derecha en Europa, vinculados a movimientos nacionalistas.
¿Cuáles van a ser las consecuencias económicas de este nuevo escenario geo-político?
¿Cuáles van a ser los efectos en las inversiones? ¿Es posible caminar hacia el fair-trade, como lo concibe la administración Trump, sin causar un espiral proteccionista similar a la de la gran recesión de 1929?
¿Cuánto tardarán las represalias contra las exportaciones de EU y el aumento de precios en sus importaciones en causar disrupciones en la industria de ese país?
La economía es hija de la política, tal vez por eso el FMI está nervioso por los riesgos del proteccionismo.
Hay que tomarlo con Filosofía: Los desafíos son los que hacen la vida interesante, y superarlos es lo que hace la vida significativa. (Joshua J. Marino)
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