Con datos del IMSS, la cantidad de asegurados formales en la economía son 20.06 millones, con lo cual se sobrepasa por primera vez en la historia el umbral de 20 millones.
El número de nuevos asegurados de 2013 a la fecha sobrepasa los 4 millones, para ser el sexenio con la mayor generación de empleo formal. Algunas críticas señalan que una parte de los nuevos afiliados al IMSS proceden de la formalización de personal que ya se encontraba laborando, más que a nueva creación de empleo.
En el acumulado enero-agosto se han generado 644,978 de nuevos puestos de trabajo según el IMSS, la segunda mayor cantidad para los primeros ocho meses del año, solo por detrás de los 676,241 generados en 2017.
En el presente año las manufacturas se posicionan como el sector que más empleo ha generado, aportando 253 mil puestos. Le sigue la construcción con 158 mil y después los servicios a empresas, con 135 mil.
El repunte de la actividad manufacturera en México está sincronizado con el de Estados Unidos.
Mucho de los nuevos empleos llegan a la industria automotriz o la fabricación de productos metálicos y eléctricos.
El gran problema a deber en el sexenio son las remuneraciones. La mayor parte de los empleados adscritos al IMSS perciben dos o tres salarios mínimos.
Son necesarios mayores sueldos para mejorar el bienestar de los trabajadores, pero también es necesario mejorar la productividad, lo cual requiere inversión y una fuerza laboral capacitada.
La mejor manera de elevar los salarios es con políticas a favor de la inversión privada, en un marco fiscal competitivo.
La mejor manera para deprimir los salarios es generar desconfianza, elevar los costos de la formalidad y regresar a prohibir la participación de los particulares en actividades estratégicas por motivos ideológicos.