Con información del Bureau of Labor Statistics (BLS), la inflación del Consumer Price Index (CPI) fue de 0.47% en enero, mientras que el rubro subyacente que excluye alimentos y energía sube 0.45%.
El dato mensual es el más alto en diecisiete meses, lo que genera preocupación sobre el proceso de convergencia a la meta del 2% de la Reserva Federal.
Debemos señalar que el CPI es diferente al PCE seguido por la FED. La principal diferencia es el mayor peso de rentas en el CPI y dado que crece 4.4% anual influye de manera significativa en el índice de precios.
A pesar de ello encontramos elementos negativos en el reporte del CPI. Servicios de transporte aumentan 1.8% mensual en enero, medicinas 1.2% y autos usados 2.2%.
Los precios de los alimentos suben 0.36% mensual, el mayor incremento en 23 meses. Rentas avanza 0.37%, aun por encima de la media de 0.25% del periodo 2012-19.
La inflación moderadamente alta en EEUU responde a incrementos salariales del 4% anual, en un mercado laboral en pleno empleo que registra una tasa de desempleo de solo 4% y un consumo que mantiene un crecimiento firme (4.2% de incremento en el cuarto trimestre del 2024).
En ese contexto, dirigir la inflación hacia el 2% de manera sostenida es un trabajo complicado, y ante la política arancelaria de Trump luce cada vez más difícil alcanzar dicha meta.
La Reserva Federal ha ya adoptado una postura de cautela, y su presidente Jerome Powell declaró la semana pasada que no tiene prisa en ajustar (bajar) la tasa de nuevo.
Banco de México tendrá que ponderar esta nueva postura de la FED en sus siguientes decisiones de política monetaria.
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