Inició la semana con un movimiento al alza del tipo de cambio que lo aleja de la zona de las 20 unidades.
La combinación de la victoria de Donald Trump (DT) y la aprobación de la reforma judicial en su formato más agresivo parecen ser los factores detonantes del movimiento devaluatorio del peso en las últimas semanas.
Identificamos cuatro factores principales que están atrás de un nuevo impulso alcista del tipo de cambio.
1.- El partido republicano está a unos escaños de tener la mayoría en la cámara de representantes, que sumado al control que tienen del senado le daría los votos para aprobar la agenda política de DT.
2.-El dólar sigue fortaleciéndose de manera generalizada por el triunfo de DT en el mercado de cambios, inclusive contra monedas duras como el euro, yen y la libra esterlina.
La expectativa de una reducción de la tasa de impuestos a las corporaciones y la oferta de desregulación han reanimado la atracción de capitales hacia el mercado accionario.
3.- Los commodities inician la semana con un claro sesgo de baja, de manera relevante caen el petróleo, cobre, oro, plata, soja, entre otros. El movimiento es congruente con la apreciación del dólar.
Las economías latinas y sus divisas son muy sensibles a las cotizaciones de materias primas, por la alta dependencia de la región a las exportaciones de este tipo de bienes.
Si bien México, depende más de exportaciones manufactureras, los precios de petróleo son clave para la situación financiera de Pemex.
4.- Después de China (o junto con), México es el país más vulnerable a las políticas de la administración Trump. Las deportaciones son una de las prioridades de la agenda y pueden complicar la relación bilateral México – Estados Unidos.
5.- El impacto de la reforma judicial sobre el estado de derecho y sus implicaciones para la seguridad jurídica de los negocios debilitan el atractivo de México como destino de inversión. Del 26 de septiembre al 31 de octubre los extranjeros han vendido 78 mil millones de pesos de deuda gubernamental.
Si bien son positivas reglas más claras sobre la participación de la inversión privada en el sector eléctrico, se requieren políticas y un ambiente más pro-negocios, además de una perspectiva de subsistencia del régimen democrático para incentivar no sólo la inversión extranjera sino también la doméstica.
Comments