Las solicitudes iniciales por desempleo se ubicaron en 310 mil en la semana que finalizó el 4 de septiembre, lo que implica una clara mejoría respecto a semanas previas. Los niveles antes de la pandemia oscilaban alrededor de 210 mil puestos, lo que deja muy cerca la recuperación de este indicador.
En la pasada crisis le tomó 4 años y medio al mercado laboral llegar a este umbral, mientras que en la crisis del covid ha transcurrido cerca de año y medio.
Respecto a las solicitudes continuas de desempleo (personas que ya se habían registrado para recibir beneficios por desempleo y siguen desempleadas) se ubica en 2.78 millones al 28 de agosto. La velocidad de la recuperación de este indicador es similar al de solicitudes iniciales.
Todavía el empleo total se ubica 5.33 millones de puestos por debajo de febrero de 2020, aunque la finalización de apoyos extraordinarios en septiembre y datos oportunos de las solicitudes pueden anticipar una mejoría importante en los siguientes meses.
Aún así el mercado laboral se encuentra apretado, actualmente existen 10.93 millones de vacantes de empleo y solo 8.38 M de desempleados, por lo que no es posible cubrir todas las vacantes.
Sin embargo, existen 4.47 M de personas que después del surgimiento de la pandemia se han retirado de la fuerza laboral (en otras palabras, el BLS no las define como desempleadas). Algunas de ellas quizás no trabajan por miedo a los contagios o por falta de albergues infantiles. En la medida que se resuelvan los problemas sanitarios es posible que una proporción de estas personas se incorporen al mercado laboral.
Los siguientes meses serán importantes para evaluar la perspectiva del mercado laboral americano al reducirse los beneficios extraordinarios por desempleo, lo que debería incentivar la disposición al trabajo de las personas. Adicionalmente deben considerarse tres aspectos clave:
1.- La crisis sanitaria debe controlarse para que las condiciones permitan la normalidad de los patrones laborales.
2.- Existe la incógnita de la magnitud de incompatibilidad entre los perfiles que buscan los empleadores y las habilidades de los desempleados.
3.- El número de renuncias está en máximos históricos: cuatro millones de personas en julio. Aprovechando la dificultad que enfrentan las empresas para conseguir candidatos que llenen los perfiles que buscan, hay una gran rotación de personal, lo que implica que se están dejando huecos en las empresas que no pueden competir en las condiciones actuales del mercado laboral.
La evolución del empleo en EEUU es clave para la demanda de bienes manufacturados que México exporta.
Por otro lado, la escasez de personal en nuestro principal mercado externo es una oportunidad para aprovechar la relativa mayor oferta de fuerza laboral de nuestro país.

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