Las tasas de bonos de largo plazo en pesos han tenido un descenso marcado en lo que va del 2019.
Los rendimientos de bonos a 10 años caen 85 puntos base desde finales de noviembre del año pasado, a un nivel de 8.36%.
El rendimiento del bono de 3 años cae 70 puntos base a 8.17%, cuando a principios de diciembre alcanzó los 8.90%.
¿Qué indica una importante corrección en el rendimiento de los bonos durante las últimas semanas?
1. Menor percepción de riesgo: El Paquete Fiscal 2019 presentado por Hacienda en diciembre ayudó a reducir la prima de riesgo, al proyectar un crecimiento de 2%, en vez del mítico 4% ofrecido por AMLO, sin incrementar el déficit ni la deuda pública. Con todo y la rebaja de la calificación de Pemex que anunció Fitch, el riesgo país ha descendido 37 puntos base en lo que va del año.
2. Menor perspectiva inflacionaria: Con la caída de los precios del petróleo las presiones inflacionarias a nivel global se moderan, lo que permite que la inflación continúe acercándose al límite superior del rango de tolerancia de Banxico (3 +-1%).
3. Menor crecimiento económico: Las tasas de mediano plazo (3-5 años) son inferiores a las de un año, lo que sugiere una expectativa de bajo crecimiento en los próximos años.
4. Fed más paciente: La Fed ha modificado su política monetaria, reaccionando a una desaceleración global, ajustes de mercados accionarios y una inflación debajo del 2%. Con ello las tasas de interés en dólares se despresurizaron, lo que también impulso las tasas mexicanas a la baja.
Implicaciones: Un contexto de bajo crecimiento, reducción de expectativas inflacionarias, menor presión de la Fed y de riesgo país podría motivar a Banxico a modificar su firme postura monetaria.
Una reducción de la tasa de interés le quitaría presión al costo financiero del gobierno (y de empresas y consumidores) en un momento en que la finanzas públicas se han comprometido con programas sociales.
Falta ver cómo reacciona el mercado cambiario si Banxico afloja las cuerdas.
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