La economía global se encuentra inmersa en la fragmentación del comercio internacional.
La guerra comercial China-Estados Unidos, la pandemia, los conflictos bélicos, la volatilidad de precios de materias primas y la escasez de medios de transporte han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las cadenas de suministro.
Las tendencias de relocalización de los centros de producción que conocemos como nearshoring, on-shoring o reshoring dependiendo del tipo de reconformación, van acompañados de subsidios y aranceles, que impactan no tan solo los flujos comerciales sino también generan cambios en el gasto de los consumidores y de inversión de los negocios en las diferentes economías.
En economías en pleno empleo como la de EEUU y México la relocalización conlleva reasignación de recursos y cambios en la demanda entre industrias.
En ese contexto, las empresas van a ver impactados positiva o negativamente sus líneas de negocio, márgenes de utilidad y disponibilidad de financiamiento (ojo: el aumento del déficit fiscal disminuye los recursos disponibles para financiar la inversión privada).
El 2025 estará marcado por una economía de EEUU en un estado muy avanzado de la fase de expansión de su ciclo de negocios. En México el gasto público deberá contenerse so peligro de perder el grado de inversión, mientras la inversión privada enfrentará la incertidumbre por el deterioro de pesos y contrapesos, y una muy probable reforma constitucional al poder judicial que aún no se conocen sus alcances ni consecuencias.
La administración de los negocios deberá profundizar en ese entorno el análisis de generación de valor a nivel empresa y a nivel granular (productos, clientes, segmentos, unidades de negocio), no tan solo para cuidar la rentabilidad sino también para garantizar la supervivencia y la continuidad de las operaciones. La rentabilidad de los negocios es suma de partes.
Los presupuestos deberán elaborarse en un proceso de planeación más amplio que contemple los cambios esperados del entorno y las variables de negocio, asignando los recursos no en forma inercial, sino reasignándolos hacia las mejores oportunidades que tengan coherencia con las ventajas competitivas de la empresa.
El proceso de planeación deberá incluir las restricciones del entorno, que van desde la escasez de recursos humanos, financiamiento escaso y caro, volatilidad de la demanda y la proveeduría, condiciones de seguridad, impacto de tendencias demográficas y cambio climático.
El proceso deberá posicionar a la empresa hacia la preservación de la generación de valor y la administración de riesgos en un entorno particularmente incierto y volátil.
El programa de Planeación y Presupuestos de EconoFinanzas / InterCapa provee los conceptos y las herramientas indispensables para la generación de valor con sentido estratégico.
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