De acuerdo con datos de Banco de México, la cuenta corriente registró un superávit de 6.7% del PIB en el tercer trimestre, el más alto que se tenga registro. En dólares asciende a 17,497 millones.
La cuenta corriente está conformada por la balanza comercial de bienes y servicios e ingresos por turismo y remesas.
Un superávit comercial significa que se exporta más de lo que se importa. También las remesas han abonado a una ampliación del superávit. Traducido significa que la demanda externa es mayor que la demanda interna, al acelerarse más las exportaciones que las importaciones.
El consumo en EU apenas está 1.8% por debajo de un año antes, y el rubro de bienes -que es lo que México exporta- crece 8.5% interanual en octubre.
La demanda interna se encuentra deprimida. El PIB local cae 8.6% anual en el tercer trimestre, lo que se refleja en una caída de 13% de las importaciones en septiembre.
El superávit externo refleja también salida de capitales.
El superávit de la cuenta corriente es aritméticamente idéntico al déficit (salida) de la cuenta de capitales, ajustado por cambios en reservas internacionales, que en el caso de México fue de solo 13,064 millones de dólares en el tercer trimestre (más menos errores y omisiones).
Los datos de balanza de pagos reflejan poca inversión extranjera directa, un aumento de pasivos incurridos por el sector privado y una salida de 1,551 millones de dólares de papel gubernamental.
La tenencia de valores gubernamentales en manos de extranjeros se encuentra en mínimos desde 2014.
Dos interpretaciones sobre el superávit de cuenta corriente:
1.- El superávit responde al bajo nivel de las importaciones por la debilidad de la demanda interna.
2.-La salida de capitales determina el nivel posible de importaciones, dado un nivel de exportaciones.
¿Usted qué piensa? Nos fue bien en la balanza de pagos porque se nos cayó la demanda interna, o simplemente salió capital y eso forzó un superávit en el comercio exterior.
¿Celebramos o nos preocupamos?
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