De acuerdo con el Indicador Oportuno del Consumo Privado, elaborado por el INEGI, el consumo creció 4.5% en diciembre respecto al mismo mes del 2022. Sin embargo, el indicador está estancado desde septiembre pasado.
El crecimiento anual reportado al cierre del 2023 refleja principalmente el buen dinamismo del consumo en el primer semestre del año.
Entre las razones del estancamiento en los últimos meses ubicamos la reducción del poder adquisitivo de las remesas y la desaceleración del empleo. En términos de pesos el flujo de las remesas en los últimos 12 meses ha caído 3.4% respecto a un año antes debido a la baja del tipo de cambio.
A su vez, el crecimiento del empleo se desacelera a 3.0% anual en diciembre, desde un 4.1% en mayo, una inercia contraria al crecimiento de la economía, que se benefició por el avance de la inversión.
El consumo encuentra en el 2024 apoyo en el incremento del 20% en el salario mínimo para una cantidad importante de trabajadores, así como el incremento en pensiones y transferencias sociales.
En contra está la desaceleración de la economía en Estados Unidos, con su impacto en las remesas y en el empleo manufacturero.
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