De acuerdo con datos de la SHCP, el déficit acumulado en el periodo enero-julio es de 604,975 mdp, el más alto del que se tenga registro.
Esto es resultado de ingresos que se estancan en términos reales y un gasto que crece 4.9% en el mismo periodo.
Los ingresos petroleros retroceden fuertemente en 22.5% real respecto al periodo enero-julio 2022, mientras que la recaudación tributaria aumenta 6.3%.
El monto captado por ISR aumenta 3.6% real en este periodo, mientras que el IVA cae 8.9%, una cifra que llama la atención dado el comportamiento resiliente de la economía. Dado el menor apoyo por subsidios a los combustibles, la recaudación de IEPS aumenta 305%, lo que compensa el faltante por IVA.
Respecto al gasto, el rubro programable avanza 2.1% en términos reales y el gasto no programable crece 12.5%, influenciado por un crecimiento de 26% en el costo financiero, muy sensible al aumento de las tasas de interés.
El gasto en transferencias y subsidios (dentro del programable) crece 9.8% real, mientras que el gasto de capital retrocede modestamente 0.8%.
Hacienda espera que el déficit público aumente a 4.5% del PIB este año, lo cual sería el más alto desde 2009, un año que estuvo impactado por la crisis económica global.
Ante la inercia de los ingresos tributarios, la baja producción petrolera y el gasto público comprometido y previo a un año electoral, luce complicada la estabilización del déficit.