De acuerdo al indicador de Consumo Big Data Research de BBVA, el consumo aumentó 2.7% mensual desestacionalizado en diciembre, después de un mal noviembre en el que cayó 3.4%.
Esta métrica captura las transacciones utilizadas con tarjetas de este banco en distintos puntos de venta y en línea, y aunque no representa el total de las transacciones en la economía, es una métrica muy oportuna.
El consumo de bienes aumenta 4.1% mensual en diciembre, mientras que el de servicios cae 0.5%, con la gran excepción de restaurantes que aumenta 7.3%.
En el consumo de bienes resalta el crecimiento de bienes importados que refleja la dinámica del comercio en línea, que ha crecido 73% respecto a febrero del 2020 y 12.5% en el 2022.
Una variable importante para la trayectoria del consumo es la masa salarial real. Este indicador elaborado por EconoFinanzas repunta 2.4% en noviembre, aunque permanece sin superar niveles de abril, a pesar del buen dinamismo del empleo, lo cual refleja el impacto de la inflación en el poder adquisitivo de los consumidores.
De consolidarse una baja en la inflación sería previsible una recuperación del poder adquisitivo de la población.
Sin embargo, tenemos que esperar a ver los efectos del aumento del IEPS en refrescos, cigarros, gasolina, pan de alto contenido calórico, y el incremento del 20% del salario mínimo, que si bien beneficiará a un número relevante de la fuerza laboral, podría tener un impacto sensible en la inflación en el arranque del 2023.