El PIB de China avanza 18.3% anual en el primer trimestre, que es el mayor crecimiento para un trimestre del que se tenga registro. Sin embargo, el dato está influenciado por una baja base de comparación.
De hecho el crecimiento trimestral fue de 2.4%, el más bajo que se tenga registro en la historia reciente (exceptuando el 1T-20 debido al Covid).
La producción industrial se desacelera en los últimos meses. De acuerdo al Bureau de China, el avance mensual fue de 0.6% en marzo, el menor dato desde febrero de 2020.
Según las encuestas de Markit, la industria sufre ante presiones de precios y problemas con el suministro de insumos. Las exportaciones se moderan, lo cual es consistente con una demanda global débil afectada por la pandemia, con la gran excepción de Estados Unidos.
Por otra parte el retail crece 1.75% mensual, el mejor avance desde septiembre del año pasado y los datos de importaciones de China repuntan a máximos históricos, lo que supone una reactivación de la demanda interna.
El plan quinquenal da lineamientos de privilegiar el crecimiento del consumo interno, la inversión y el empleo, apoyándose en una estrategia de sustitución de importaciones.
La estrategia busca disminuir los riesgos geo-políticos de las cadenas de suministro y disminuir la dependencia del crecimiento en exportaciones.
Ciertamente, la pandemia vino a cambiar paradigmas, en el que la regionalización y lo local parecen captar un mayor apoyo político respecto a la globalización.
Falta aún por definirse la viabilidad y las consecuencias de un viraje económico en el nuevo orden mundial.
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