El índice de commodities Dow Jones ha retrocedido 18% desde principios de junio, lo que en teoría puede ayudar a contener las presiones inflacionarias.
En el último mes, el cobre cae 22.6% y el aluminio 10%, mientras que el petróleo retrocede 21% y la gasolina 17%. Los commodities agrícolas también tienen ajustes importantes. El maíz retrocede 22.8%, el trigo 24.2% y la soja 14.1%.
A nivel local el incremento de precios de alimentos influye en la persistencia de la inflación. Los precios de alimentos procesados han aumentado 11.8% anual, y los agropecuarios 15%.
Desde el 2021 los aumentos promedio de los alimentos se acercan al 1% mensual. De contenerse los commodities pudiéramos ver una moderación en el ritmo de incremento de precios de este rubro.
Entre los principales productos por su incidencia en la inflación se encuentran la carne de res (2.16% de la canasta del INPC), tortilla (1.87%), pollo (1.52%), leche (1.50%), sin olvidar las taquerías o similares (4.57%) y restaurantes (2.82%), que dependen principalmente de la evolución de precios de los alimentos.
En la medida que estos productos muestren una moderación, la inflación general podrá disminuir en forma gradual.
Mención aparte ocupa la gasolina (la verde representa 5.36% de la canasta del INPC y la roja 0.72%). Si bien la gasolina se encuentra muy subsidiada, la baja en los precios internacionales ayudaría a que no se prevean mayores incrementos en los precios y así reducir las expectativas inflacionarias.
El reto persiste en la inflación de servicios (menos dependiente de commodities), que crece 6.6% anual, en un contexto donde los salarios promedio del sector formal aumentan 11.1%.
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