El indicador de actividad manufacturera de EU, elaborado por el Institute of Supply Management (ISM), cayó a 49.1 puntos en agosto, lo que significa que más empresas  reportaron disminuciones que aumentos en indicadores como producción, nuevas órdenes, exportación, importación, empleo, inventarios, respecto al mes previo. El nivel de 50 separa crecimiento de contracción.

El componente de nuevas órdenes cayó a 47.2 puntos, el menor valor desde la crisis de 2009. 

Sin duda, la guerra comercial entre EU y China y los temores de un Brexit duro contaminan las expectativas para las manufacturas a nivel global. 

¿Esto significa una señal negativa para la economía global y para México?

Durante 2016 el indicador ISM llegó a 48 puntos y no ocurrió una recesión. Anteriormente en 1967, 1985, 1996, 1998 y 2003 este mismo indicador se ubicó en niveles entre 43 y 48 puntos sin que una recesión se materializara.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sin embargo, en cinco ocasiones de 1970 a la gran recesión del 2008 se presentaron niveles de contracción en el indicador que efectivamente  fueron el preámbulo de periodos recesivos.
 

En general, es difícil pronosticar el futuro de la economía global en base a un solo indicador, como  es la encuesta de manufacturas. 

Actualmente los servicios tienen un peso mayor en la economía que en décadas pasadas. 

Lo que sí muestra el indicador es una caída abrupta del dinamismo de la actividad manufacturera en EU.

La incertidumbre provocada por las fricciones comerciales, sobrecapacidad  y cambios en la distribución del gasto de los consumidores, no solo en EU sino en la economía global, puede desembocar en el agotamiento del ciclo de expansión de esta industria.

Las exportaciones mexicanas hacia EU crecieron 10% interanual en julio. Esto revela un proceso de regionalización, en el que México se mantiene como una plataforma de producción de bajo costo y cercano a los centros de consumo en EU.

Es difícil imaginar que el ritmo de las manufacturas en EU no afecte las exportaciones mexicanas, sin embargo, mientras no se debilite la demanda del consumidor estadounidense, México será una alternativa  de producción privilegiada.