La disminución de la fuerza laboral en países con economías líderes a nivel global como Europa, China y Japón, es un fenómeno que tiene implicaciones tanto en la capacidad y organización de la producción como en la demanda de productos y servicios.

Nuestro principal mercado, Estados Unidos, presenta la tasa de desempleo más baja en 50 años. Las empresas están reportando dificultades para llenar vacantes tanto en trabajos especializados como en no especializados. 

La respuesta de las empresas es una decidida inversión en automatización para controlar los costos laborales y mejorar la productividad.

De acuerdo a un estudio de Banco de México (La Automatización en México desde una Perspectiva Regional) dos terceras partes de la población ocupada en el país se emplean en ocupaciones con una alta probabilidad de automatización.

Entre las actividades con mayores posibilidades de automatización destacan las actividades primarias; los servicios de alojamiento y preparación de alimentos; la construcción; las industrias manufactureras; y los servicios financieros.

Las ocupaciones con mayor propensión a ser automatizadas corresponden a las de menor nivel educativo. 

Los trabajadores más calificados pueden salir beneficiados de la automatización ya que son un elemento esencial para facilitar la adopción de las nuevas tecnologías (Banco Mundial, 2016 y 2018).

El impacto por región será diferenciado. El Norte parece estar mejor posicionado para navegar en la era de la automatización por su vocación exportadora y mayor nivel educativo. Mientras el Sureste luce más vulnerable.

Sin duda, la automatización será una de las tendencias más disruptivas de la economía global en la siguiente década. 

Será uno de los temas clave que analizaremos en el seminario Planeación y Presupuestos en un Escenario Disruptivo que se llevará a cabo en CDMX, 7 y 8 de noviembre y en Monterrey el 13 y 14 de noviembre 2019.

(Informes Aquí)

Será una experiencia única para perfilar a su empresa hacia el éxito con menores niveles de riesgo.